jueves, 19 de febrero de 2015

¿POR QUÉ LAS PLANTAS CARNÍVORAS SE ALIMENTAN DE INSECTOS Y CÓMO LO HACEN?


Las plantas carnívoras o insectívoras son plantas que nacen en suelos ácidos que están faltos de nitratos y fosfatos como las tierras ácidas pantanosas y los farallones rocosos (prominente masa de tierra rocosa que se alza sobre el mar o sobre tierra).  Debido a esta acidez o falta de nutrientes, este tipo de plantas ha evolucionado y compensan esta falta atrapando insectos que actúan como si fueran paquetes de abono. Hay muchos tipos de plantas insectívoras que cazan a sus presas de distintas maneras; entre ellas destacaré las Venus atrapamoscas, las Droseras y las Nepenthes.

Por un lado, se encuentran aquellas que emplean un mecanismo de pinzas como la “Venus atrapamoscas” (Dionaea muscipula).  Es una planta que tiene varias hojas que salen de un mismo tallo subterráneo y cuyas terminaciones se dividen en dos lóbulos abisagrados, bordeados por unos apéndices y que contienen tres diminutos pelos sensitivos sobre la superficie interna.  Cuando la posible presa hace contacto con uno de estos pelos, se activa el mecanismo, pero solo se cierra si se vuelve a repetir el contacto durante veinte segundos, de esta manera pueden evitar el desperdicio de  energía en caso de que el insecto atrapado no tenga ningún valor nutritivo. Otro sistema de seguridad, con el mismo fin, es que cuando se cierra deja unos huecos entre sus apéndices para que la víctima, si es demasiado pequeña, pueda escapar. Finalmente si no puede escapar se cierra herméticamente y procede a digerir a su presa mediante la secreción de una sustancia que los “disuelve”.

Por otro lado, se encuentran  aquellas que emplean un mecanismo de pelos pegajosos como las “Droseras”. Existen varios tipos de “Droseras”, entre ellas, unas en forma de rosetas  (Rotundifolias) y otras con hojas más alargadas (Filiformis).  Ambas se pueden encontrar en nuestra Península Ibérica. En el caso de las Rotundifolias, tienen unos pelos con una gota de néctar en el extremo  de cada pelo que están  distribuidos por toda la hoja. Este néctar atrae a los insectos y cuando se quedan pegados la hoja, realiza una acción envolvente que atrapa al insecto y lo prepara para su digestión. Las Filiformis tienen el mismo mecanismo de pelos pegajosos, pero se diferencian de las anteriores en que su hoja es alargada y realizan un movimiento de espiral para capturar a su presa.

Por otra parte, se encuentran las plantas insectívoras que utilizan un mecanismo de trampas de caída como las “Nepenthes” que se pueden ver en los trópicos. Las hojas de esta planta son alargadas con una formación muy peculiar ya que de la hoja se forma un conducto que se comunica con una especie de jarra formada por la propia hoja. Esta jarra tiene en el borde de lo que sería la” boca” un néctar que atrae a los insectos y que además les adormila para que caigan sin sentido al interior de la jarra. Dentro de la jarra hay una mezcla de jugos y agua en las que el insecto se ahoga y forman una especie de papilla que la planta disuelve y que le sirve de nutrientes.


Para finalizar, como dato curioso, añadiré que estas plantas insectívoras en época de reproducción, les crece un tallo muy largo alejado de sus “trampas”, donde florecen sus flores para que los insectos puedan hacer su labor de polinización sin ser devorados.






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